domingo, 25 de mayo de 2014

Bodas de sangre: el simbolismo


Bodas de sangre es una obra poética y teatral de un escritor andaluz Federico García Lorca. Fue estrenada en 1933 y su composición consiste tanto en prosa como en versos. En esta obra aparecen varios símbolos, como por ejemplo el del caballo, el agua, la luna y el cuchillo. En esta entrada intentaré adelentar un poco su significación.

El caballo

bogowie czarny konie p.pl 













Este símbolo está muy evidente en la canción al niño de Leonardo. Su esposa y su suegra cantan:

Mujer:
¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!
Suegra:
¡No vengas, no entres!
Vete a la montaña.
Por los valles grises
donde está la jaca.
Mujer: (Mirando)
Mi niño se duerme.
Suegra:
Mi niño descansa.
Mujer: (Bajito)
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Mujer: (Levantándose, y muy bajito)
Duérmete, rosal.
que el caballo se pone a llorar.

El caballo significa la masculinidad y la pasión que a veces están expuestos y contribuyen a hacer malas cosas por los hombres. Por eso, las personajes quieren proteger al niño para que se quede en su inocencia.

El agua


El símbolo del agua se conecta con este del caballo. También aparece en la canción de la Mujer y de la Suegra pero en este caso, el agua significa el peligro. Es este peligro que amenaza a la pura pasión del hombre, llevándole a cometer malos hechos. Como he dicho antes, las mujeres quieren proteger al niño, por eso dicen: “¡No vengas, no entres!” (se refieren al agua).

La luna
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Este símbolo es muy interesante porque la Luna está personificada en la obra. Aparece como la personaje que colabora con la muerte, es su mensajera. Quiere identificar a las personas que se esconden en el bosque para que reciban lo que merecen. Además, dice que la muerte va a venir muy pronto y que los personajes no pueden evitarla:

(...)dejadme entrar, ¡ay, dejadme! (A las ramas.)
No quiero sombras. Mis rayos
han de entrar en todas partes,
y haya en los troncos oscuros
un rumor de claridades,
para que esta noche tengan
mis mejillas dulce sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¿Quién se oculta? ¡Afuera digo!
¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante.


El cuchillo

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El símbolo del cuchillo aparece ya en el principio de la obra, en una conversación entre la Madre y el Novio:

Madre: Espera.
Novio:¿Quieres algo?
Madre: Hijo, el almuerzo.
Novio:Déjalo. Comeré uvas. Dame la navaja.
Madre: ¿Para qué?
Novio:(Riendo)Para cortarlas.
Madre: (Entre dientes y buscándola)La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el bribón que las inventó.
Novio:Vamos a otro asunto.
Madre: Y las escopetas, y las pistolas, y el cuchillo más pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era.
Novio:Bueno.
Madre: Todo lo que puede cortar el cuerpo de un hombre. Un hombre hermoso, con su flor en la boca, que sale a las viñas o va a sus olivos propios, porque son de él, heredados...
Novio:(Bajando la cabeza)Calle usted.

Este símbolo está presente por todas partes de la obra. Para la Madre, el cuchillo significa muerte, es una causa del sufrimiento de su familia, es decir, su marido y su hijo fueron matados con él. Después, el símbolo del cuchillo aparece cuando la Mendiga (que es la personificación de la muerte) habla con la Luna:

Mendiga:
Ilumina el chaleco y aparta los botones,
que después las navajas ya saben el camino.

Aquí el cuchillo aparece como un instrumento con que la Mendiga quiere que Leonardo y el Novio se maten. Es un símbolo de la próxima e inevitable muerte de los personajes.

Por último, la navaja es un instrumento que provoca el miedo de la Madre y cuando al final su hijo está matado, ella dice que ahora puede dormir tranquila: 

Madre: Aquí. Aquí quiero estar. Y tranquila. Ya todos están muertos. A medianoche dormiré, dormiré sin que ya me aterren la escopeta o el cuchillo. Otras madres se asomarán a las ventanas, azotadas por la lluvia, para ver el rostro de sus hijos. Yo, no.(...)



         imágenes:
http://bialczynski.wordpress.com/slowianie-w-dziejach-mitologia-slowian-i-wiara-przyrody/czworksiag-wielki-wiary-przyrody/tom-iv-ksiega-wiedy/boskie-emanacje-i-wcielenia/zwierzece-ucielesnienia-bogow-czesc-1/
http://www.balneokosmetyki.pl/pl/i/Woda-siarczkowa/21#
http://www.rumburak.friko.pl/ARTYKULY/religia/ksiezyc.php
http://fallout.wikia.com/wiki/Knife_%28Fallout:_New_Vegas%29

sábado, 24 de mayo de 2014

Jornada V de Don Álvaro o la fuerza del sino: el satanismo y desenlace de la obra


La jornada V de Don Álvaro o la fuerza del sino es la jornada en la que la acción de la obra se desenlace. Lo interesante es que allí aparece el motivo que está presente frecuentemente en las obras del teatro romántico. Es decir, el motivo de satanismo.
 
En el principio de la quinta jornada, el autor crea un ambiente misterioso y un poco sombrío cuando introduce al personaje de Don Alfonso (DON ALFONSO (Con muy mal modo, y sin desembozarse.)). Este hombre, que es el hermano de Doña Leonor y el hijo del Marqués de Calatrava, llega al convento buscando al padre Rafael (Don Álvaro). Cuando hermano Melitón le pregunta a cual se refiere, Don Alfonso enfadado le responde “El del infierno.”. Lo sorpendente es que al oír estas palabras, el hermano ya sabe a quien él busca:

HERMANO MELITÓN
Pues ahora caigo en quién es:
el alto, adusto, moreno,
ojos vivos, rostro lleno...

En este momento aparece el elemento satanístico, cuando los personajes consideran el padre Rafael (Don Álvaro) como una persona del infierno.

Cuando los personajes quedan, Don Alfonso dice que viene para vengarse por la muerte de su padre y su hermano. Por eso, saca dos espadas, le da una a Don Álvaro y le desafia. Aunque Don Álvaro intenta evitar el duelo y le pide perdón, Don Alfonso no quiere retirar. De repente le da una bofetada y en este momento aparece una referencia al infierno, cuando Don Álvaro dice:

DON ÁLVARO
(Furioso y recobrando toda su energía.)
¿Qué hiciste?... ¡Insensato!
Ya tu sentencia es segura:
¡Hora es de muerte, de muerte!
¡El infierno me confunda!

Después, durante una conversación con hermano Melitón, Don Álvaro referiéndose a la muerte en el duelo con Don Alfonso dice que va “al infierno”.  Sin embargo, Don Álvaro hiere muy grevemente a Don Alfonso en la lucha. Para buscar ayuda, llama a una puerta y en este momento aparece Doña Leonor. Viendo a su hermano, Doña Leonor se lanza a sus brazos pero él la mata, diciendo:

¡Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra!... Muero vengado.

El final de la obra es cuando el satanismo es el más llamativo. Nos encontramos con una imagen rebelde a Dios de Don Álvaro. A causa de la muerte de su amor Doña Leonor, él no puede soportar más sufrimiento en su vida. Por eso, le parece que el infierno es un lugar a que partenece, diciendo:

DON ÁLVARO.-   (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice.) Busca, imbécil, al padre Rafael... Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador... Huid, miserables.

Por su desesperación decide suicidarse y en las últimas palabras presenta su satanismo de manera muy fuerte:

DON ÁLVARO.-  Infierno, abre tu boca y trágame! ¡Húndase el cielo, perezca la raza humana; exterminio, destrucción...!  (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)




 
imagen: http://pytamy.pl/query,piek%C5%82o,szukaj.html?smclgnzlticaid=512c8a

domingo, 18 de mayo de 2014

Don Álvaro o la fuerza del sino: Don Carlos descubre la verdadera identidad de Don Fadrique de Herreros (Don Álvaro)



Al principio podemos ver que la amistad entre los personajes se desarolla cuando Don Álvaro propone su ayuda a Don Carlos:

DON ÁLVARO
Huyeron..., ¿estáis herido?

DON CARLOS
Mil gracias os doy, señor;

sin vuestro heroico valor

de cierto estaba perdido,

y no fuera maravilla:

eran siete contra mí,

y cuando grité, me vi

en tierra ya una rodilla.





Después aparece la presentación de los personajes. Tanto Don Carlos como Don Álvaro no dicen sus verdaderos nombres. Don Carlos cambia su identidad en Don Félix de Avendaña, mientras que Don Álvaro dice que se llama Don Fadrique de Herreros:

DON CARLOS
 (Con expresión.) 
Que me deis

vuestro nombre a suplicaros

me atrevo. Y para obligaros,

primero el mío sabréis.

Siento no decir verdad:

 (Aparte.) 

Soy don Félix de Avendaña,

que he venido a esta campaña

sólo por curiosidad.

Soy teniente coronel,

y del general Briones

ayudante: relaciones

tengo de sangre con él.

(…)
DON ÁLVARO
Soy... don Fadrique de Herreros,

capitán de granaderos

del regimiento del Rey.


En el momento en el que Don Álvaro fue herido muy gravemente en la guerra aparece un diálogo entre los personajes en el que Don Carlos menciona un nombre "Calatrava". Al oír esto, Don Álvaro empieza a ser inquieto que produce una sospecha en Don Carlos. Así que empieza a investigar su verdadera identidad. Sin darse cuenta de esta sospecha, Don Álvaro le da una llave y le pide a Don Carlos que abra una caja en la que se encuentran todos los datos sobre su verdadera identidad y los queme depués de su muerte:

DON ÁLVARO
Es ésa.

  (Saca DON CARLOS la llave.) 

Con ella abrid, yo os lo ruego,

a solas y sin testigos,

una caja que en el centro

hallaréis de mi maleta.

En ella, con sobre y sello,

un legajo hay de papeles;

custodiarlos con esmero,

y al momento que yo expire

los daréis, amigo al fuego.


Después de la lucha interior entre su honor y el deseo de descubrir la verdad, Don Carlos por fin decide abrir la caja y se encuentra con una foto de su hermana Doña Leonor. En este momento descubre la falsa identidad de Don Álvaro ("Ya está todo averiguado: Don Álvaro es el herido.") y empieza a buscar la venganza. Todos estos acontecimientos llevan los personajes al trágico final.


 

imagen: http://ambitocapileira.blogspot.com.es/2010/11/don-alvaro-o-la-fuerza-del-sino.html


Don Álvaro o la fuerza del sino: Monólogo de Don Álvaro (jornada III)



imagen: http://octavaplanta.es/2012/05/don-alvaro-o-la-fuerza-del-sino/


La jornada se desarolla en Veletri en Italia. En esta jornada aparece el monólogo de Don Álvaro que es muy pesimista. Don Álvaro es vestido de capitán militar que sabemos gracias a las acotaciones:

El teatro representa una selva muy oscura. Aparece al fondo DON ÁLVARO, solo, vestido de capitán de granaderos, se acerca lentamente, y dice con gran agitación.

En este monólogo Don Álvaro expresa sus sentimientos. Su idea de la vida es muy pesimista, se queja del destino. Para él, la vida es un sufrimiento constante.

¡Qué carga tan insufrible
es el ambiente vital
para el mezquino mortal
que nace en signo terrible!



Adamás, aparece un contraste entre el concepto de la vida. Así que cuando la gente es feliz, su
vida parece pasar demasiado rápido. Por otra parte, aunque Don Álvaro es conciente de que la
vida es breve, su sufrimiento causa que para él la vida parezca alargarse.
Esto se presenta en los siguientes versos:

¡Qué eternidad tan horrible

la breve vida! Este mundo,

¡qué calabozo profundo

para el hombre desdichado

a quien mira el cielo airado

con su ceño furibundo!

Parece, sí, que a medida

que es más dura y más amarga,

más extiende, más alarga

el destino nuestra vida.

Si nos está concedida

sólo para padecer,

y debe muy breve ser

la del feliz, como en pena

de que su objeto no llena,

¡terrible cosa es nacer!



Don Álvaro se encuentra en un estado muy depresivo. Dice que a las personas felices, la muerte nunca llega deseada. Sin embargo, a causa de su sufrimiento, la muerte es la única cosa que él desea. En los siguientes versos Don Álvaro se refiere a la búsqueda de la muerte y la incapacidad de encontrarla:

Al que tranquilo, gozoso,

vive entre aplausos y honores,

y de inocentes amores

apura el cáliz sabroso;

cuando es más fuerte y brioso,

la muerte sus dichas huella,

sus venturas atropella;

y yo, que infelice soy,

yo, que buscándola voy,

no pudo encontrar con ella.


Además, Don Álvaro dice que su desdicha es permamente desde el día de su nacimiento. La excepción fue un solo día en el que estaba dichoso:

pues cuando infeliz nací,

nací para envejecer?

Si aquel día de placer

(que uno solo he disfrutado),

Fortuna hubiese fijado,

¡cuán pronto muerte precoz

con su guadaña feroz

mi cuello hubiera segado!




Don Álvaro subraya la fugacidad de este día que se escapó tan pronto de sus manos. Es decir, el día en el que tenía que separarse de su amada Doña Leonor. El protagonista dice que sin ella su existencia no tiene sentido. Por eso, decidió huir a Italia para morir en la guerra con un nombre falso.
Al final aparece una ironía de la imagen del protagonista. La gente lo considera como un hombre de gran bravura mientras que él dice que no tiene valor para resistir su desgracia y quiere que la muerte llegue para poner fin a su sufrimiento.