sábado, 24 de mayo de 2014

Jornada V de Don Álvaro o la fuerza del sino: el satanismo y desenlace de la obra


La jornada V de Don Álvaro o la fuerza del sino es la jornada en la que la acción de la obra se desenlace. Lo interesante es que allí aparece el motivo que está presente frecuentemente en las obras del teatro romántico. Es decir, el motivo de satanismo.
 
En el principio de la quinta jornada, el autor crea un ambiente misterioso y un poco sombrío cuando introduce al personaje de Don Alfonso (DON ALFONSO (Con muy mal modo, y sin desembozarse.)). Este hombre, que es el hermano de Doña Leonor y el hijo del Marqués de Calatrava, llega al convento buscando al padre Rafael (Don Álvaro). Cuando hermano Melitón le pregunta a cual se refiere, Don Alfonso enfadado le responde “El del infierno.”. Lo sorpendente es que al oír estas palabras, el hermano ya sabe a quien él busca:

HERMANO MELITÓN
Pues ahora caigo en quién es:
el alto, adusto, moreno,
ojos vivos, rostro lleno...

En este momento aparece el elemento satanístico, cuando los personajes consideran el padre Rafael (Don Álvaro) como una persona del infierno.

Cuando los personajes quedan, Don Alfonso dice que viene para vengarse por la muerte de su padre y su hermano. Por eso, saca dos espadas, le da una a Don Álvaro y le desafia. Aunque Don Álvaro intenta evitar el duelo y le pide perdón, Don Alfonso no quiere retirar. De repente le da una bofetada y en este momento aparece una referencia al infierno, cuando Don Álvaro dice:

DON ÁLVARO
(Furioso y recobrando toda su energía.)
¿Qué hiciste?... ¡Insensato!
Ya tu sentencia es segura:
¡Hora es de muerte, de muerte!
¡El infierno me confunda!

Después, durante una conversación con hermano Melitón, Don Álvaro referiéndose a la muerte en el duelo con Don Alfonso dice que va “al infierno”.  Sin embargo, Don Álvaro hiere muy grevemente a Don Alfonso en la lucha. Para buscar ayuda, llama a una puerta y en este momento aparece Doña Leonor. Viendo a su hermano, Doña Leonor se lanza a sus brazos pero él la mata, diciendo:

¡Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra!... Muero vengado.

El final de la obra es cuando el satanismo es el más llamativo. Nos encontramos con una imagen rebelde a Dios de Don Álvaro. A causa de la muerte de su amor Doña Leonor, él no puede soportar más sufrimiento en su vida. Por eso, le parece que el infierno es un lugar a que partenece, diciendo:

DON ÁLVARO.-   (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice.) Busca, imbécil, al padre Rafael... Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador... Huid, miserables.

Por su desesperación decide suicidarse y en las últimas palabras presenta su satanismo de manera muy fuerte:

DON ÁLVARO.-  Infierno, abre tu boca y trágame! ¡Húndase el cielo, perezca la raza humana; exterminio, destrucción...!  (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)




 
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