jueves, 26 de junio de 2014

La paz perpetua: el poder y la violencia, parte I


http://www.madridteatro.eu/teatr/informacion/2008/images/526_01.jpg

La paz perpetua es una obra teatral de Juan Mayorga, estrenada en 2008 y también el título del ensayo de Inmanuel Kant, escrito en 1795. La obra de Mayorga trata del tema de terrorismo y sus consecuencias tanto políticas como sociales. Los personajes son tres perros Odín, Enmanuel y John-John que quieren ingresar en el grupo de lucha antiterrorista llamado K7. Tienen que hacer tres pruebas guiadas por otro perro Casius. Cada uno de los perros tienen diferentes motivos para pertenecer a este equipo. 

Esta entrada la dedico al tema del poder y la violencia que aparece en la obra de Juan Mayorga. Así que estos dos elementos van de la mano a lo largo de la obra. Los elementos que consisten en el tema principal es la violencia y el terrorismo. También aparecen reflexiones sobre la aceptación del terrorismo.

En cuanto a los personajes, como he mencionado antes, tienen diferentes motivos para pertenecer a K7. Lo que atrajo mi atención es el perro Enmanuel y su motivo, que es más personal que los de otros. Es decir, su dueña Isabel fue una víctima del ataque terrorista. Hablando con Casius sobre la muerte de Isabel, Enmanuel presenta al mismo tiempo su punto de vista que es en contra del terrorismo: 

Enmanuel: No quiero quitarme esa imagen de la cabeza. No quiero olvidar.
Casius: No queremos a nadie que no domine sus emociones. No queremos a nadie que utilice este trabajo para pagar deudas personales.
Enmanuel: No puedo pagar esa deuda. Esa deuda es impagable.

Aparte de todo eso, me parece muy importante acercarse a la intención del autor, cuando decidió escribir esta obra. Como dice el autor mismo, la obra es sobre “el mal necesario”. Según él, hoy en día existe una imagen contraria del mal necesario. Por un lado, es una justificación de prohibición de la tortura. Sin embargo, al mismo tiempo, dice que es una excusa para dar acceso a ella, porque está considerada como un sacrificio inevitable para defender la libertad. Esto se explica al final de la obra, cuando Humano dice:

(...) Trabajamos para que todos puedan leer a Kant, ir al teatro, vivir en libertad. Pero la libertad tiene un precio. Ese precio lo pagamos nosotros, en nuestros corazones. Y lo seguiremos pagando hasta que llegue la paz. Al mundo y a nuestros corazones. Es nuestro sueño: la paz perpetua.

imagen: http://www.madridteatro.eu/teatr/informacion/2008/informacion526.htm

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