La paz perpetua es una obra teatral de Juan
Mayorga, estrenada en 2008 y también el título del ensayo de Inmanuel Kant,
escrito en 1795. La obra de Mayorga trata del tema de terrorismo y sus consecuencias
tanto políticas como sociales. Los personajes son tres perros Odín, Enmanuel y
John-John que quieren ingresar en el grupo de lucha antiterrorista llamado K7. Tienen
que hacer tres pruebas guiadas por otro perro Casius. Cada uno de los perros tienen
diferentes motivos para pertenecer a este equipo.
Esta
entrada la dedico al tema del poder y la violencia que aparece en la obra de
Juan Mayorga. Así que estos dos elementos van de la mano a lo largo de la obra.
Los elementos que consisten en el tema principal es la violencia y el
terrorismo. También aparecen reflexiones sobre la aceptación del terrorismo.
En
cuanto a los personajes, como he mencionado antes, tienen diferentes motivos
para pertenecer a K7. Lo que atrajo mi atención es el perro Enmanuel y su
motivo, que es más personal que los de otros. Es decir, su dueña Isabel fue una
víctima del ataque terrorista. Hablando con Casius sobre la muerte de Isabel,
Enmanuel presenta al mismo tiempo su punto de vista que es en contra del
terrorismo:
Enmanuel: No
quiero quitarme esa imagen de la cabeza. No quiero olvidar.
Casius: No queremos a nadie que no domine sus emociones. No queremos a nadie que utilice este trabajo para pagar deudas personales.
Enmanuel: No puedo pagar esa deuda. Esa deuda es impagable.
Casius: No queremos a nadie que no domine sus emociones. No queremos a nadie que utilice este trabajo para pagar deudas personales.
Enmanuel: No puedo pagar esa deuda. Esa deuda es impagable.
Aparte
de todo eso, me parece muy importante acercarse a la intención del autor,
cuando decidió escribir esta obra. Como dice el autor mismo, la obra es sobre
“el mal necesario”. Según él, hoy en día existe una imagen contraria del mal
necesario. Por un lado, es una justificación de prohibición de la tortura. Sin
embargo, al mismo tiempo, dice que es una excusa para dar acceso a ella, porque
está considerada como un sacrificio inevitable para defender la libertad. Esto
se explica al final de la obra, cuando Humano dice:
(...) Trabajamos
para que todos puedan leer a Kant, ir al teatro, vivir en libertad. Pero la
libertad tiene un precio. Ese precio lo pagamos nosotros, en nuestros
corazones. Y lo seguiremos pagando hasta que llegue la paz. Al mundo y a
nuestros corazones. Es nuestro sueño: la paz perpetua.
imagen: http://www.madridteatro.eu/teatr/informacion/2008/informacion526.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario